Voy caminando en soledad,
olivos de troncos retorcidos
como sombras doradas
que suspiran en la oscuridad,
van quedando atrás.
Sus troncos tortuosos
simulan una vida pasada.
Mis pasiones se pierden
entre las mil telarañas
de juventud pasajera,
como surcos del camino.
Quiero volar entre los olivos,
tranquilo en la noche oscura,
quiero ver su rostro suave
para naufragar en el deseo
de la perpetua desventura.
Olivos canosos y viejos
dejadme pasar en silencio
como pasa la vida entre recuerdos.
La luna se asoma entre sus ramas
la brisa me trae el susurro de su voz,
silencio, ¡que nadie interrumpa su sueño!