La verdad… ¡es más que amarga!,
como el Diente de León
cuando se hace una poción
que por dispepsia, se encarga.
Y la verdad no aletarga
la mentira y su pregón;
la verdad… ¡es más que amarga!,
como el Diente de León.
Pero el tiempo va y se encarga
del soberbio y el matón,
del bandido y el patrón
cuando en ellos se descarga
la verdad… ¡es más que amarga!