Te cruzaste frente a mi,
aquel verano abrazador,
y cupido me atacó,
sin poderme defender,
mi corazón sucumbió ante tu sonrisa,
y sin pensarlo,
comencé a enloquecer.
Caminar a tu lado era poesía llena de versos,
de momentos eternos que alargaban mis días,
locuras de adolescentes, con el amor urgente
sin pensar que esa aventura, sería el comienzo de nuestra vida.
Pasaron años tres hijos me diste
momentos duros, momentos tiernos
nuestro jardín lleno de flores en los veranos
que también las pierde, en los inviernos.
Sabes? siempre recuerdo el primer beso y el primer abrazo
mientras las olas salpicaban nuestros pies
y la brisa despeinaba otras historias, de amor y fracasos.
Si en algún momento dijera...no te quiero
por favor no me creas, solo es el orgullo,
que no me deja decir lo que siento,
y se me nubla la mirada, al mirarme en tus espejos.
Hoy que las damas de blanco salpican nuestro cielo,
y la piel no es tan suave, como en aquellos tiempos,
hoy que la gravedad es cómplice,
y atenta contra nuestros esmeros,
aún sigue viva la llama,
de aquel verano aventurero.
Volvamos a correr por aquellos senderos
donde escondidos nos amamos
y aún guardan nuestro secreto
cuando mis manos nerviosas,
se enredaban en tu pelo
y en susurros, temblorosa...me decías te quiero
Volvamos a bailar aquellas canciones,
que nos hacían ser parte de un cuento
y al final terminaban, siempre con un beso.
Y que sin pensarlo, en un minuto de amor
selló todo aquel amor....
para transformarlo, en amor eterno.
Ricardo Ismael