Señora, bella señora:
¿Por qué el corazón seduce,
por qué su mirar produce
los destellos de una aurora?
¿Será su voz seductora
que a mi corazón induce
y el secreto se traduce
en el ser que me enamora?
Señora dama elegante
con su sonrisa en primicia
de forma siempre galante
el deseo en mi propicia,
pues… con su tez tan radiante
¡Yo deseo su caricia!