No comprendo porque aun insisto en quedarme sola,
si se muy poco que la soledad me agobia,
alejo a todos, mi cristal está roto, pulverizado, partido
ya no perdono, ya no aguanto, ni peleo, solo me marchito,
Y aunque me duela y muera por dentro, esa experiencia la viví mil veces.
Se cuando las cosas empiezan a hacerme daño,
acaricio la sombra que dejaste en el lugar de tus besos,
me destruyo, porque te extraño,
y aunque mienta, sé que sabes que nunca he amado a nadie como lo hice contigo,
brindé cobijo cuando prometí nunca hacerlo,
arranque mi corazón tantas veces, pero aun retrocedo,
no puedo vivir con tal secreto,
mi alma exhibe tal estrella herida que se consuela en un pensamiento,
como el tintinear de una lagrima que vibra al resbalarse de la pupila,
pequè y te regale mis lágrimas, las coloque sobre tus mejillas,
en tal acto erótico, me oculte sobre tu cuerpo,
pero ahora me siento sola,
me he encerrado en el lumbral de mis lágrimas ocultas en un reflejo,
cuan oasis de la vida aún mantiene tenue la sonrisa,
el problema es que ya no la recuerdo,
siento que la guarde en alguna parte de tu intelecto,
porque ya no soy todo lo que soñé ser,
y un día me desperté con el cielo en pedazos de color negro,
camine por la calle, todo tenia color, excepto el color de mi mirada, ese cacao negro,
no entendí conversaciones, la comida carecía de sabor,
lleve una sombrilla, pero siento que llovía por dentro,
y mi corazón callo cuando escuche aproximarse la intensidad de tu sonido,
vivo perdida en mi imaginación, pero aùn no regresan tales días felices,
algo me llama, pero no lo escucho,
algo me grita, pero no respondo,
he estado en este cuerpo tanto tiempo,
que como libélula quiero que me regresen al viento.