No sé de los mares escondidos
No sé de los ríos que susurran historias del ayer
No sé de horizontes donde el Sol se empecina
Vimos cómo nuestros dedos se perdían
En ondas que acusaban su enredadera
En tabulaciones de hormigas
Hemos llegado hasta tu puerta
Y solo nos dio cobijo tu mirada
Hemos tocado tu puerta
Y una fracción nos atendió de pie
No dimos ninguna batalla por perdida
A pesar de la soledad que alteraba su silencio
No nos rendimos en los umbrales
Por purgar nuestros misterios
Intentando ver nuestra presencia
Intentando disgregarla
Entre las sílabas que dibujan tus deseos
En las corrientes de tu piel