Alguien, en el pasado,
me juzgó por querer ser
maestro, no mercader
que a los demás ha explotado;
mi sueño realizado,
me llenó de gran placer
pues logré al fin tener
triunfadores a mi lado;
hoy, ya viejo, los añoro,
mis alumnos consentidos
viven bien y con decoro
siempre con luz y sentido:
al fin, logré un gran tesoro,
mi cofre lleno de amigos...