Amo la paranoia
Que vive en mí cuando me miras,
Odio despedirme de vos
Sin ninguna bienvenida.
A menudo tengo esa necesidad
De abordar aquel tren
Sobre tus rieles de montaña Rusa
Con destino a lo inverosímil.
Hospedar mis palabras
En el primer andén de tus oídos,
Recorrer minuciosamente
Todas las rutas de cuerpo.
Para luego embarcarme en ese viaje
A descubrir los territorios más místicos
De tus pensamientos.
Envolverme en aquella niebla
Que me haga naufragar en las islas de tus pechos,
Desenterrar tu corazón
Abrir ese cofre y robarme todo su amor.