Bienaventurados los sembradores de cultura, porque renovaran la historia.
Bienaventurados los humildes letrados, porque hermosearan con florecidas letras, los mansos caminos.
Bienaventurados los salvadores de las viejas letras, porque conservarán, las doradas tradiciones.
Bienaventurados los escritores desanimados, porque resurgirán con ovaciones.
Bienaventurados los alegres, porque aliviaran las tristes almas.
Bienaventurados, los motivadores, porque del cielo, recibirán favores.
Bienaventurados, los soñadores, porque avivaran las almas inmóviles.
Bienaventurados, los que escriben, porque inspirarán, a los inquietos de espíritu.