Como oscuro laberinto entre amor y desamor, ocupado en los caprichos de tu niño corazón.
Eres como un gran misterio que no puedo decifrar, unas veces como azúcar y otras veces como sal.
Me aferré a que aún sabiendo que no eras para mí, y hoy igual que en el pasado otra vez voy a sufrir.
Sé que he de hallar la forma de dejar todo esto atrás de cerrar con nuestra historia y volver a comenzar.
Pero ¿Qué hago mientras tanto?
Hasta que llegue el olvido y me encuentre ese camino que me aleje al fin de tí.
Si mirarte me hace daño y no verte duele más, sin razones para amarte ni valor para marchar.
Cuando intento concentrarme en mi vida y no pensar, una voz en mi cabeza insesante me recuerda que en mi mente siempre estás.
No es tu culpa sino mía, yo no te he debido amar te deseo buena suerte busca tu felicidad.
¿Pero qué hago mientras tanto? Hasta que llegue el olvidó...
Eddy.