Con mi sangre de camino siempre vivida,
el Dolor como azote a mis lágrimas canto.
Zorritas, que no lo son, yo corro despedida
de esas desilusiones el imperio del espanto.
Son recuerdos vulgares casi alma de diario,
llorando sangre que no quiero como misterio,
y que, sin embargo mi quebranto es rutinario
esas féminas guarda en su fondo nada serio.
Nada serio en su fondo sedienta su venganza
que me ofrece, sus espadas desnudas, pasar de mí.
Infortunio, dolores y penas, potente matanza
parece las cosas que me dice y siempre temí.
Rendido a sus pies, ella, mortal del abismo
para mí, digo, es un decir, que su piel tolero
que, zorritas, que no lo son, su despotismo
sexual, reflejo de la luz, yo seré su cordero.
NACHO REY