Ironía de un calor vago, abraza chasqueando los dedos,
meneando la cabeza, respirando profundo sin dejar de mirarme.
Universo todo elabora mi interior.
Ciego de mí, aprendo lecciones que el sendero me guía
hacia el objetivo preciso del andar y actuar sobre circunstancias imprevistas
con las derrotas a cuestas que salpican la existencia del repentino vaivén,
en silogismos sin destino.
Descifran mis huesos humeros la quietud de la permanencia…
Mis pasos en medio del viento, sin metodologías ni caminos infalibles,
se apoderan de la pasión del abstracto arte que suelta sus correrías,
hacia el hallazgo de lo pleno.
Las palabras quietas se esfuman y huyen como truenos de mis labios adormecidos y la garganta seca, que despiertan mi intelecto…
Atenta al sonar del rio, surge la enorme Luna sin registrar lo inexplicable, el Sol agonizante apresura la noche, se apodera del cuerpo adormecido con la indomable sombra desnuda de mí, que vestirá el delirio de verme sediento y cansado con los adioses de una pesadilla donde crecerán los sueños, florecerán las rosas, hasta desvanecer ante la lluvia purpura.
LUCIA