Prendida en la cúspide de tu extremo,
puse tus manos y te entregué mis senos
con pasión sin igual, tus labios latieron
en forma desenfrenada, yo callada
casi no pude hablar.
El cuerpo se revitaliza cuando lo elevas
debajo un monte lleno de hortalizas
que segregando helechos hacen suspirar
todas erguidas prenden la llama celestial.
Me dejas deseosa, casi en suspenso sin poder,
ya no puedo creer, en tu pensamiento viril.
Me atas de nuevo ligada al fluido de tus venas,
!ay este amor que al pasado me hace volver!
me duele, hostiga el calvario de mi existir,
liada como reptil que se prende de amor,
enamorada llena de esplendor
vuelvo, vuelvo, !vuelvo a vivir!