Me quedan siete días
para descontar errores.
Me quedan cuatro vidas
para reconstruir amores.
Me restan tres estrellas
para iluminar las noches.
Me faltan dos espejos
para reflejar mi sombra.
Me sobra una promesa
para calmar la tristeza.
Me sobran tres misterios
para encontrar certeza.
Y contabilizando sueños
puedo ver en mi haber
tantos recuerdos que
me traen luz y me iluminan,
rompiendo la soledad
que me contiene y
el temor que me emudece.
Desnuda de dolor por fin
me encuentro en el tibio
reflejo azul
de tus ojos negros.