Paseo por la calle del Cid, y
a poco me topo sorprendido
de un episodio en desliz y
de la mujer, quedo prendado
Más en los jardines, hablamos y
entre las manos libres de
un flujo sentido, optamos a
seguir el paseo, íntimos
Prendidos de la joya gótica de
san Isidoro, su piedra labrada
de dorado resplandor sacro
nuestra mirada, románica
Unos besos románticos y
miradas extrañadas, idas;
ensimismados en recuerdos,
proyectadas nuestras figuras
El sol tenue alienta el recorrido
ilumina la muralla medieval, rota,
el arco, otrora cárcel, mazmorras,
nuestra pasión se abre, libertad
No nos sobrecoge la actual historia
de los sentimientos comparados,
nuestros momentos enamorados,
vanidosos y unidos, paseamos
¡Y la ciudad nos estremece y nos ama!