Hay una melodía
que sostiene a la rosa leve.
Esa melodía que musita la brisa,
casi inmutable,esta en nosotros.
En ocasiones esos acordes
adoptan,formas humanas.
Y en ese lugar,cada criatura
adquiere su propia melodía.
En sus íntimas conversaciones
los tonos conquistan
la melodía del amor.
¡Ah!...¡Qué hermoso embeleso
es vivir,esa sublime
armonía del amor!
-Dejemos todos los días
en el pentágrama de la vida
un tono,un acorde,un compás
qué componga,la melodía del amor.
Nada tangible,sólo en la levedad,
que musita la brisa
en melodía del amor.
Julio Carbó