Antonio Martín

Mi hogar es la calle

 

Mi vida partida a trozos

de un naufragio ya anunciado, 

volver atrás no es posible, 

mas soñar es lo que debo. 

 

Desde un banco solitario, 

contemplo lo que hacen otros, 

no aprecio ni una mirada

hacia mi triste persona, 

invisible es lo que soy. 

 

Viví momentos de gloria

y en el olvido quedó, 

la admiración recibía

de amigos y conocidos. 

 

Alzo mi voz a los cielos

y no hay nadie que me escuche. 

Del camino me aparté

y aquí sigo tan perdido. 

 

Llega la noche y el frío, 

abrigarme es lo que quiero

y si pudiera, un cobijo. 

La soledad me acompaña

entre penas y tormentos. 

 

Soy un hombre muy gastado

y es que ya no importo a nadie,
ni siquiera la paz tengo. 

¿Renacer de mis cenizas? 

o morir en el olvido.