Como aquella mística agua que brota
por oscuro laberinto rocoso,
para volver en momento dichoso
todo mi tiempo, llegas a mí. Rota
el viento de costado. Una marmota
corre a jugar con la cría del oso.
siento el roce de tu seda. Gozoso
contemplo al arrendajo, la bellota
y sus saltos en azul junto al río.
Aspiro a bocanadas tu fina piel,
te cobijas en mis brazos.¿Es frío?
¿O es la ilusionada apuesta de amor fiel
que aguardaban tu corazón y el mío,
envueltos en aroma de rosamiel?