Constantine

Mirada de serenidad

Dulce, callada y ahogada,

tanta palabra en mis adentros estaba,

mi tacto tu piel extrañaba.

 

Ojos de serenidad que no encuentro,

¡ Grises, hermosos como el viento !

que traen paz al pensamiento.

 

¡ Cuánta espera callada 

que en años estuvo atrapada !

buscaba en los minutos tu llegada.

 

Ahora está tu mirada

y mi alma continúa enamorada...

en tu vientre sigue encallada.

 

Gritos de niño ansioso,

que en tu pecho busca reposo.

¡ Hilos de amor callado !

brotan de ti  

un corazón enamorado.  

 

 

Guillermo Sánchez López