Detrás de tus angelicales ojos,
Navegan tus malvados pensamientos,
Tu conciencia plagada de pecados,
Tu inocencia calcinada por tu fuego,
Tus neuronas perdidas en tu juego,
Y en tu mente, tus secretos asfixiados.
Atrás de tus primaverales labios,
Está el veneno que emanas en tus besos,
El calor frío de tus emociones,
Tus dientes que sonríen inocentes
Pero en verdad se ríen indolentes,
De quien llega a caer en tus pasiones.
Detrás de toda tú, es tú misma,
La verdadera, la que no se esconde,
La que no sabe lo que es el amor,
La que es experta en producir dolor,
La que dispara sin saber a dónde.
Atrás de tu careta de dulzura,
Atrás de tu aparente fantasía,
Habita un alma que se azota y grita,
Perdida en el hedor de su amargura,
Ardiendo en el calor de su armadura
Consciente de que ya es rosa marchita.
Ardego 97
Septiembre 19