Sé que es feliz
y eso es lo que más me duele,
me alegra por él, es cierto,
pero dentro de mi alma llueve.
Esa boca que deseé
más de lo que realmente podía,
ahora es de ella.
Me mata la agonía.
Los ojos tan dulces
que mil veces me miraron ingenuos,
ahora la miran solo a ella.
No existe ningún consuelo.
Esas manos tan grandes
de hombre que trabaja la vida
solo la tocan a ella.
No tiene sentido la vida.
La vida es de ella. Muere la mía.