Ven un momento,
salgamos a la vida,
nos hace falta.
Deja la celda
que imponen los recuerdos.
Es ya pasado.
Hay otras cosas
que animan a los rostros
y a las pupilas.
Debemos verlas,
seguir sus movimientos
y su reposo.
La vida vive,
escucha sus latidos
y lo sabrás.
Su sangre embriaga.
Trasplántala despacio,
vibra con ella.
Si te apetece
sumérgete en las olas
de alguna playa.
Y si me quieres
acepta mis palabras.
Llevan tu nombre.
Ven, no te asustes,
iremos de la mano
a donde quieras.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/06/22