Yo soy de tu placer, cumbre y vertiente,
que te eleva y te abisma arrollador,
soy lo peor que te habita y lo mejor;
tu amanecer, tu tarde y tu poniente.
Tu artero delator y confidente,
tu incrédula razón y confesor,
tu témpano y tu fuego abrasador;
tu esclavo y creador omnipotente.
Soy de ti contenido y continente,
igual tibio deleite, que dolor,
no hay vasallo que yo no haga señor,
ni señor a mi yugo indiferente;
no busques más allá, que estoy enfrente...
¿Aún no sabes quien soy? ¡Soy el amor!
ANTIGONI