Cómo me buscan esos brazos,
rápidos, intuitivos, me lanzan
al espacio, sacan de mí, los labios,
desesperadamente oprimidos.
Y yo busco entre ellos, esos
finos momentos, delgados
como hilos, en la conversación
apagada de las tres de la tarde.
Cómo busco en esos brazos,
la mayoría de edad, mi palacio
de invierno, en mitad del estío.
Buscaste también, la belleza, aunque te
fuera imposible expresarla,
desde tu cabeza-.
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