El adulterio
Desde hace más de dos años ya
el lecho está lleno de espinas
la ponzoña se incrusta en las venas
cada vez que solía dormir con ella,
y no es porque la otra fuere doncella
es que ninguno de los dos ha sido feliz,
dejamos cama y sueños de compartir,
somos como dos personas distintas
que nunca compartirán ni las comidas
y no se es feliz si no se quiere coincidir.
No puedo hablar mal de mi esposa
no tenemos en común ni siquiera amigos
y no la veo siendo la madre de mis hijos,
cada día que pasa habrá una excusa
para seguir haciendo lo que mi alma se reúsa,
el adulterio, la traición, y el deshonor
es amar de lo que el cuerpo es consentidor
por una fuerza que no comprenderías
fui separandome de ella pasando los días
y la sociedad ve mi felicidad con estupor.
Decisiones tontas que lo salvan
a uno del otro y sus pretenciones
uno hace sus propias elecciones
y; sin embargo, no se escaparan
de lo único que los demás no esperan,
es que el resultado sea tan bueno
que a pesar del daño hecho
que dichas decisiones valgan la pena
y puedan superar las consecuencias
de lo que sientes que salta del pecho.