CHICAS BUENAS&MALAS
Alicia, estaba agotada de tantos fracasos en la vida (su ex-marido, sus compañeros a cual más loco). Hasta que un día decidió
cambiar su forma de ver las cosas. Se fue a un retiro espiritual en la India. Una amiga le había contado, que luego de haber estado allá, su vida se había transformado totalmente.
Consiguió su paz interior, que tanto había deseado en todos sus años de existencia.
Con su magro salario, se las arregló, para pagar un pasaje financiado en un año, para llegar a tan lejano país.
Mas, tenía toda su fe depositada, que sería su mejor inversión, no más spas o tratamientos alternativos, que no dejaban de ser costosos y pasajeros porque el paso de los años, es algo de que ningún ser mortal se escapa. Se dijo a si misma, si mi interior cambia eso se va ver reflejado en el exterior inevitablemente.
Hacía tiempo que algunos de sus cabellos finos, aparecían blancos, no le molestaban, en su corta caballera oscura.
Le avisó a su jefe, que por dos meses no estaría, que si podía guardarle su puesto, sin goce de salario, y si este no aceptaba, lo haría igual de todos modos.
Ciertamente, al comienzo de su entrada laboral, había tenido una relación fugaz, pero que así como las estrellas empezó y terminó en una noche. El era un hombre casado y el lugar de la segundona para ella, no estaba en su vocabulario. Sin embargo, eso fue una ventaja, ya que Jacques, le dio el ok, diciéndole que tomaría a alguien en su lugar y que cuando volviera tendría su puesto nuevamente.
Alicia se subió al avión, y en un cuaderno, empezó a escribir sus sensaciones, sería como su bitácora sin barco ni su capitán.
Al llegar a la capital, le impresionó, su pobreza, pero tenía la dirección de un humilde hospedaje, pero limpio, que su amiga le había recomendado. Los primeros días caminó sin cesar, luego entró al templo, e hizo votos de mantenerse callada por una semana, guiada por un monje. Solo se debía a ella misma, a colaborar a las tareas comunitarias, y a mantener el orden y la limpieza del lugar. Mujeres que provenían de distintos lugares,Se asombró cuando estas, sin palabra mediante, parecían estar coreografiadas al momento de realizar las tareas más simples.
En el patio abierto hacían sobre todo estiramientos y ejercicios de relajación.
Tuvo ganas en un primer momento de matarse, como lo había intentado en sus años más juveniles. Sus miedos afloraron, pero poco a poco, con el pasar de los días su mente se fue apaciguando , y dio lugar a nuevas emociones de agradecimiento y de paz.
Su regocijo, llegó a ser máximo, no habían espejos, pero su mirada tuvo otro brillo. Todas las mujeres que estaban allí de hecho, tenían unos ojos chispeantes como nunca antes había visto.
La introspección, fue única,vio como flashes de su vida, cortos, y resumidos, malas relaciones con el sexo opuesto, que le habían roto varias veces su alma, paso de la ira, al arrepentimiento y a perdonarse a sí misma de tan duras elecciones que había hecho.
Se miró desde una manera más amorosa y menos exigente Por lo general , siempre había sido implacable con sus metas laborales. Con sus amistades, muchas la habían desilusionado también, un sinfín de anécdotas que habían sido perjudiciales incluso para su salud ya que había somatizado enfermando su cuerpo. Eso ya pertenecía al pasado, esos sinsabores los soltó y estableció una relación diferente , una nueva que no había conocido antes..
Regresando a su ciudad natal, se reencontró con su amiga que le había recomendado ese viaje. Ella le agradeció enormemente, diciéndole que su vida había mejorado mucho gracias a ella. Su amiga con las pupilas un poco dilatadas , se alegró la abrazó y le dijo:- Alicia en otro momento tal vez nos veamos y hablemos mejor. Y le hizo el gesto con la mano a un señor de sombrero y coche descapotable que la estaba esperando en el estacionamiento. Alicia estoy yéndome a Las Vegas, con aquel señor que está en la Maseratti azul. Caro mio súbito aspeta ¡!!
Más tarde, Alicia, se enteraría por un amiga en común que ese hombre era un empresario italiano que había dejado a su mujer y tres hijos al conocer a Lucy y su filosofía oriental. Ella le había abierto a un nuevo mundo , al goce sin límites, también tenía un gran poder adquisitivo. Ya que Lucy, se había dirigido a la mejor clínica para hacerse una cirugía completa facial y colocado implantes mamarios. Ciertamente su aspecto no era precisamente de una mujer de cincuenta y cinco años, sino que se parecía más a una veinteañera despreocupada y con muchas ansias de vivir a pleno.
Alicia, que tenía en su habitación muchos ositos de peluche, que le habían regalado sus ex pretendientes, se sentó en su sillón de hamaca, miró por la ventana, el claro de luna y con una copa de vino en su mano, se transportó a seguir soñando, con el fondo de una música armoniosa, sus días pasados y las enseñanzas del monje….tal vez ella, reconstruiría su vida de una forma más honesta porque también estaba un poco aburrida de comida sana y tantas soledades….