Es lo que no has superado en ti,
lo que nunca te dejará ser;
y por eso, quizá te has de ver,
en tan azaroso frenesí.
Pero siempre, siempre lo intuí,
llegando aquel bello amanecer:
Es lo que no has superado en ti,
lo que nunca te dejará ser.
Mas yo nunca, nunca lo advertí,
ese equivocado proceder;
pero la vida, te hará entender:
«Que lo que no te gusta de mí,
es lo que no has superado en ti».