José Luis Barrientos León

Adiós sin despedida

 

Sumergiste tus dedos en mi alma

como la raíz de una rosa que provoca vida

tomaste con tus manos mis pensamientos

para escribir poemas al final de cada día

 

Cuando nuestras puertas estaban con cerrojos

los versos rasgaron las maderas

hasta abrir el pórtico del corazón

para que brotaran rebeldes los latidos

 

Sumergiste tu alma en la mía

cuando tus pechos estaban secos

y mi humanidad moría

me llevaste, como imagen angelical,

caminando por la plaza de puntillas,

hasta alcanzar los versos de esperanza

del amor cristalino como gota de agua

 

Sumergiste tus ojos en mi alma

y me leíste con tu sencillez fulgurante

de mujer inmensa como la noche

donde reposan nuestros párpados y anhelos

¿Cómo alejarme de ti? Si nuestra historia

tan solo ha escrito una prosa

Léeme de nuevo para estar vivo

Léeme de nuevo porque muero