Amalia Beatriz Arzac

Tres besos y un suspiro

 
Tres Besos y Un Suspiro
 
 
 
He guardado celosamente,
tres besos y un suspiro
por guardar algo de mí,
sólo por soberanía del ser.
 
En fiel vigilia velándolos
en largas noches sombrías
de profunda oscuridad, fracturada
por el reflejo lúgubre del monitor.
 
Tres suaves besos, por si alguna vez
fuesen a ser inevitables dar.
Un suspiro, por si alguna vez
hubiera mérito de asombro.
 
Lento crepúsculo sin carmines,
penumbras de más de medio siglo,
percibiendo el menguar de la mirada,
entre grises y sepias, entre sombras.
 
¿A qué guardar tres tontos besos?
¿A quién? En opacidad de ausencias.
¿A qué sostener el aliento de un suspiro?
¿A quién? En deserción de valías.
 
Noches oscuras de soledades propias,
de huidas mías de impíos sujetos.
Sonrisa triste de alegrías fuscas,
de monitor encendido y penas mudas.
 
Tres besos y un suspiro he cuidado,
ignorante del por qué y el para quién…
Boca afónica, afásica, vacía, y seca.
Inútil mueca sin sentido del insomnio.
 
Estallido magnifico de un sinfín de
colores, rayos y de luces que
el reflector bruscamente emana
por la luz de la luz de tu mirada.
 
Y tres besos origen de los besos,
besos preservados en tres besos de simiente.
Y un suspiro albergando mil suspiros,
De un amor que es aurora y es comienzo.
 
A.B.A. 2016 ©
Amalia Beatriz Arzac
Buenos Aires - Argentina