Alexandra Quintanilla

Mi yo patética

Mi papá está orgulloso de mi.
¡El me lo ha dicho!
¿Sabes cuanto he estado esperando eso!
¡Pero como le explico esto! 
¡No! 
Mejor no le explico. 
Todo lo que he querido se derrumbaria. 
¿Pero como le explicaría? 
Explicarle que yo sola me he metido en una fosa sin fondo y que reincide y reincide haciéndome caer a lo mismo. 
¿Cómo podría explicarle que yo, a propia cuenta he firmado mi perdición y quiero desfirmar, pero el contrato es letal y ha hecho que la niña que esperaba su afecto haya muerto? 
Que son noches desmedidas en las que un escalofrío recorre mi cuerpo y mi psique. 
Y que me he metido en un lío irreversible.
Que de esto ni el ni nadie puede salvarme. 
¿Cómo le diría yo, si en caso le dijera, que no lo haré... Que no soy tan maravillosa? 
Ese orgullo que me expresa se iría a la misma fosa en la cual estoy inmersa. 
¡Estoy escalando, pero cada paso me hunde más!
Estúpidamente por jugar a ser genial soy patética.