Haz Ámbar

Este sufrir tan sin consuelo

Este sufrir tan sin consuelo

da hoy aquí

en un recital de mis nervios,

que me superan;

y si es por ti

pues no es por cualquiera 

que aparezca por mi mente así rápido:

te he guardado en la reserva

durante meses y años

no para que ahora corras

en la dirección contraria. 

Al fin y al cabo

haces lo que hacemos todos

cuando nos vemos ya dañados

y sin escapatoria... 

Tú sigue girando en tu noria 

que yo ya volveré 

mañana o pasado

cuando me harte de la otra;

quizá sea tarde

pero nunca es pronto

para estas cosas del azar

(ya quien Dios sabe

de lo que ha sido

lo que será)

y así andamos

de desesperanzados

sin contacto apenas físico

por las ramas

deseando tal vez lo mismo

ambos perdidos en el laberinto

que es la vida en estos antros. 

Juntos vamos divisando

un destino para nosotros mutuo, 

un oasis que no sea un espejismo, 

otro sueño en esta celda gris

que erigen los días

aún sin ti

que me alivies con tus labios

donde está la herida:

tú eres sabia

y sabrás curarme, 

dar marcha atrás

a este suicidio

de plan

y es que me río

ante cualesquiera circunstancias, 

incluso con lo sagrado delante;

y en funerales no

porque es muy tal

y sin ti

no funciona el engranaje

si no atino el desenlace:

sería fatal

y no está el tiempo para desgracias

(las habidas ya bastan).

He de pasar sin más escándalos

en la noche como un astro

sólo para ciertos ojos.