Ámame
como nunca has amado
Ámame
con tus pensamientos, con el rose de tu piel
Ámame
con tus manos, con tu mirada
Ámame
con tus besos, con tu palidez
Ámame
con la tibieza de tu alma, con la ausencia de tu voz
Ámame
con la pureza de tu vientre, con la pasión de tu sangre
Ámame
con los latidos de tu respiración, con la mustia de tus versos
Ámame
con la verdad de tus sueños, y las mentiras de tus deseos
Ámame
con el flujo de tus ojos, con el fuego de tus recuerdos
Ámame
con la fatiga de tus alas, con el verdugo de tus días
Ámame
con la lluvia de tu ria, con la tempestad de tus anhelos
Ámame
con la llave de tus espinas, con la corana de tus plegarias
Ámame
con el reflejo de tus aureolas, con el viento de tus trineos
Ámame
con la belleza de tus estropajos, con los diamantes de tus heridas
Ámame
como nunca has amado, tan sólo ámame…
Beatriz Fernández