Inspirado en el poema \"La niña de Guatemala\", de José Martí.
Esta tarde a la sombra de los árboles quiero escribir esta carta aunque nunca leas ésta despedida.
Es difícil dejar atrás los momentos vividos, esos que mi memoria atesora uno a uno como las finas perlas de un collar, pero el dolor es demasiado fuerte.
Perdona si mi juventud e inexperiencia me hicieron abrigar vanas esperanzas en torno a ti.
Así es la fuerza del primer amor, se desata como vendaval sin atender razones, se pierde en sueños que se destrozan al filo de la realidad, como esa noche en el mirador cuando quise verte tras tu regreso.
Una mujer venía de tu brazo, te habías casado y ya no había lugar para mí en tu vida. Solo te pido que conserves esa almohadilla con mi perfume que te obsequie antes de partir y una vez más perdona a esta niña que confundió tus dulces palabras y tus besos en mi frente con una promesa de amor.
Este amor que hoy se rompe en mil pedazos dejando mi corazón preso de sofocante angustia, la misma que me lleva a tomar esta decisión. Habrá muchas habladurías sobre mi muerte, pero solo tú sabrás que fui la niña que murió de amor.
Intensity ✍️.