Rafael Perez Ortola

D E L I R A N T E S

Acertaron los auríspices,

Aunque sonaba a extraño.

Era verosímil.

 

Por la derecha o por la izquierda

La pequeñez se agranda.

Era verosímil.

 

La bruticie vestía de lujo

En cualquier latitud.

Era verosímil

 

En la pantalla vestían,

Mientras por dentro sentían.

Era verosímil.

 

Quienes más, deliraban;

Quienes menos, penaban.

Era verosímil.

 

No se sabe de donde sale el corcel,

Ni como maneja el artista el pincel;

Porque el más notable permanece infiel,