El baile comienza cuando tú te emborrachas.
Todos quieren verte cómo mueves ese cuerpo.
No los defraudes y háztelo valer como tú bien sabes,
que nunca sea tarde es tu deseo más fuerte...
Y pierdes el sentido, y quién te sostiene,
quién que no ría ajeno a las circunstancias,
quién que no vea en ello un placer supremo además.
Cuando te serenes recuerda encontrarme
donde nuestro primer pacto de sangre.
Pero, mientras, diviértete;
y de esto que no sepa nadie.