Que yo te amé hasta el delirio,
imposible es de negar.
Para qué justificar
lo que ahora es un martirio.
Solo pido hoy terminar
con los sueños del pasado.
Que se vaya tu recuerdo
y me deje aquí olvidado.
Eso imploro arrodillado
mientras la cordura pierdo.
Y si en esta lid mi mente
derrotada y triste queda.
Lo intenté. ¡Que así suceda!
Que haya castigo inclemente.
Y la pena que proceda.
Si el dolor ya no se apiada
no hay por qué pedir piedad.
Del ayer no queda en nada.
Ella pudo ser mi amada,
hoy es otra realidad.