Recuerdo de niño la esencia que envolvía
los días eternos de dicha intoxicable,
juguetes y juegos recorrían nuestra vía
de frenética estancia por la confortable
muestra de amor fraternal que nos procuraban
con besos y afectos de sabor a dulce delirio
amamantado por fuerzas que unen y ocultaban
destinos próximos de constante martirio.
La naturaleza vista desde los ojos de mi niñez
ocultaban peligros de bichos y otros gritos,
solo veía bondad y flores que a su vez
mostraban colores de franca belleza para ritos
de mesura calculada por un imberbe por ser
mi mente frágil como escarcha de frio monte
donde la hierba crece al son del tercer
estante donde perdí la virginidad del infante.
Quiso la realidad que me masturbara al son
de la indicación de un familiar que me inició
en tal práctica, pues le he de agradecer su misión
ya que gracias a él descubrí lo necio
de un prepucio sin placer al parecer idiota
un crio de doce años sin saber pajearse
cuando hoy por hoy con tres años ya brota
su iniciación en un mundo donde da placer rascarse.
Como podéis ver he querido hacer una gracia
puesto que serio soy pero de condición natural
cachondo mental me considero. Quiera su estancia
ser agradable al leer estas líneas de singular cultural,
ya que no intento por ventura ser poeta en desgracia
ni ser cómico sin gracia, solo quiero dotar al mundo
de plural conocimiento de mi talento sin más hacia
un congreso internacional de lectores que voy creando
sin mesura y sin vergüenza por unas líneas tomadas
de una mente que destila ideas creadas para formar
rimas sin grima que van posando por ripios firmados
por un pobre anacoreta que por creerse algo es capaz
de crear lo creado mirando al finalizado poema follar.