EL DÍA EN QUE TE FUISTE
Es difícil olvidar el día en que te fuiste,
quedando en mi alma una profunda pena
que me llena de dolor y de noches tristes
y de amargura total alargando mi condena.
Te fuiste cual semilla que se lleva el viento,
que lo lleva y lo deposita en otras tierras,
no logro olvidarte a pesar del tiempo,
incluso lo saben hasta las mismas estrellas.
Mi corazón no hace más que solo recordarte,
que gime y llora desde el en que dijiste:
que ya no podías más, que ibas a dejarme,
y que ni siquiera podías a mi dirigirte.
No logro entenderlo ni siquiera asimilarlo,
que sangrando sigue esta profunda herida,
es algo que no puedo ni siquiera evitarlo,
sigo así desde el día de tu partida.
Como deseo tenerte en mis brazos,
decirte que te amo, que no me iré de tu lado,
que el lugar más seguro es que estés en mi regazo,
y que eres la única a la que solo he amado.
Solo recuerdos quedan de ese apasionado amor,
que me hacen vivir momentos de fantasía herida,
que como tinta indeleble a mi vida marcó,
dejándome una gran pena y a mi alma perdida.
En la luna te contemplo y en las noches estrelladas,
en los días más tristes o en las mañanas soleadas,
hasta en los momentos de lluvia te veo reflejada,
que salvarme solo podría tu más dulce mirada.
Con verme mis amigos ya saben que algo pasa,
pero no saben lo que en sí significas en mi vida,
que tengo un corazón que solo de amor rebasa,
y en mi perdición me sumerjo desde el día de tu partida.
Te deseo, que hasta dentro de mi ser tu imagen habita,
es como una ilusión que de lo real me aparta,
que me hunde y me confunde y mis fuerzas debilita,
dejándome sin anhelo que hasta en mi corazón se coarta.
Pero que puedo hacer si ya no depende mí,
amarte con todas las fuerzas de éste corazón inquieto,
lo imposible he hecho para que de ahí puedas salir,
que disponer más no puedo solo quedarme quieto.