Ha llegado el invierno
el canto de las aves son preludio de lluvias
el viento que mece los árboles
entra en la habitación, para inundar de nostalgias
brotando atrevido un deseo infantil de llorar
como para arrebatarle a la tormenta su melancolía
y desangrar el corazón sin acuchillarlo
Una pequeña gota, cae sobre mis hojas sueltas
como lágrima emigrada de la nube
como esperanza de cielo humedeciendo la mejilla
¿De dónde viene la tristeza?
¿De dónde viene la alegría?
siento la necesidad de gritar
entre tus brazos de cielo y nube
Ha caído una gota, sobre mis versos
aquellos que desnudaron tus pechos
donde habitaban mares
y brillaban soles que despuntan en tu cuerpo
Ha caído una gota, para convertirse en torrente
para hundir los barcos de un pasado insolente
y mojar el campo que desnudó tu mano
y ocultar la estrella que dejó el recuerdo
Ha llegado el invierno
para llevarme al mar de huracán y viento
de horizonte eterno donde se besa con el cielo
en la quietud de la tarde,
dónde te recuerdo y espero.