Yo? yo no puedo llamarme poeta.
Cuando tiemblo en cada abrazo,
y mi espalda se empapa de salivas
ajenas. Poeta, hermoso nombre
para el que vacila y apenas se asienta.
Yo? yo no puedo nombrarme poeta.
Bello nombre para un recuerdo lejano.
Vivo como quien tira cenizas.
Escribo como quien persigue la pérdida.
Sueno a disco rallado y membrete podrido.
Pero me tientan las lejanas musas, las asquerosas
y vacilantes lenguas: las que omito
porque cada instante es un instante, vivo,
o muerto. Yo, poeta, no. Disculpen
la ofensa-.
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