Hoy amanecí con la esperanza plena,
de salir de una vez de todos mis problemas,
olvidarme un rato de tantas cosas
y recordarte tanto como pueda.
Es difícil predecir los resultados,
de sumas y restas tan complejas,
de estirar los dineros que no existen
y seguir soñando con tus besos.
Pero, sobre todo, vida mía,
es esperar el día en que pueda estar entre tus brazos,
de darte mi amor a toneladas
y verte dormir tranquila y sana.
Me he levantado de muchas cosas,
y han sido arduas batallas,
mi carácter de roca se ha convertido,
y he podido salir triunfante en todas ellas.
Mi guerra, ahora, es conquistar de nuevo,
aquella fortaleza inexpugnable de tus brazos,
hacerte rendir con muchos besos
y mi bandera plantar nuevamente en tu regazo.
Gracias por lo que eres y has sido,
mi esperanza de un nuevo mañana,
de sentir que aún soy querido
e intentar de nuevo, ser amado.