Francisco Gutiérrez

JESÚS, ADÁN Y LA SERPIENTE

 

Aquella serpiente antigua

la que cortó las estrellas,

era un tercio, eran bellas,

más la serpiente era ambigua.

 

Adán le creyó en Edén,

murió entre animales y flores;

Eva sanó mil dolores

cuando dio a luz en Belén.

 

Y cuando el niño crecía

por la gracia del Señor,

enseñaba de su amor

y anunciaba su agonía.

 

Cuando se llegó el momento

de triunfar sobre la cruz,

brilló en el mundo su Luz,

oscureció el firmamento.

 

Es la Paz, es el Camino,

es el que venció al Dragón,

es quien en la Santa Sión

ya vistió a Adán de lino.