Antonio Martín

Cantinela en la cantina (soneto)

Hombre tan delgaducho como erguido,

de mirada picante y vacilona, 

pura palabrería que es burlona, 

con su traje arrugado y desteñido. 

 


En la cantina siempre muy bebido, 
el codo en posición, mano temblona, 
al pensar que un buen trago no traiciona, 
hombre de mil batallas y aguerrido. 

 


Para el gaznate buen vino oloroso,

con aliento a mollate del barato, 

pobre diablo con pinta de chismoso. 

 


Camino sin retorno es su retrato

y muchas son las penas del vicioso, 

en su mundo, tendrá con Dios un trato.