Es curioso el existir.
Todo comenzó con una gran explosión
para culminar en un escritor.
El pensar es algo natural.
pero no todo ser piensa.
Si Todo pudiera verse, ¿qué vería?
¿Animales? ¿Átomos? ¿Nada?
Pero existe el Uno. ¿No debería de ser como el Todo?
¿Qué tienen en común?
Todo, y a la vez nada.
La curiosidad es un ente maravilloso.
Conlleva creatividad, imaginación, manualidad.
Conlleva esfuerzo, terquedad, responsabilidad como su contraparte.
Todo funciona en conjunto para darnos algo.
Ese algo. ¿Es Uno o es Todo?
El hecho de que exista un par de entes desconocidos es realmente aterrador.
¿A qué le debes temer? ¿A quién le debes rezar?
¿Quién es el importante? ¿Quién es el que existe?
¿Qué es \"existir\", en primer lugar?
Tantas preguntas, creadas por mentes soñadoras.
Pocos pueden dar respuesta a todo eso.
Sin embargo, ¿necesitamos una respuesta universal?
Su humilde escritor no lo considera así.
Si el Todo y el Uno existe. ¿Son entes de una forma y consistencia universal?
¿No podrían ser todo lo imaginable y uno de cada montón?
El Uno y el Todo son abstracciones. Nada más eso.
Van fusionados por el tiempo a darnos muchas dudas y miedos.
Pero, al final provocan algo hermoso: El conocimiento,
La curiosidad, el temor, la duda, la terquedad.
Los observadores del teatro universal dan sus propuestas llamadas leyes
para describir al Todo, a partir del Uno. ¿No es maravilloso?
Si el Todo existe, entonces el Uno existe.
Si el Todo no existe, el Uno no existe.
Ese mecanismo que conlleva miles y miles de años de progreso.
Incluso el tiempo es abstracto y a la vez no lo es.
¿Qué es el tiempo, entonces? Una cuestión que no me corresponde.
Pero, ¿qué tal reflexionar de ello?