Cuando vi tu mirar de amor benigno
una noche feliz de un mes de enero,
mi alma rauda gritó: mi bien te quiero;
tú me diste el solaz de un pecho digno.
Contra toda escasez y albur maligno,
contra vil predicción de mal agüero
nuestro sueño triunfó por ser sincero
y hasta el fin de la edad será, designo.
Una década y más veloz ha andado,
como nardos en flor tu albor florece
siendo un rayo de sol en mar templado
rico en vida y fusión que no fenece,
aunque el sino objetó con cruel dictado,
nuestro amor se vistió de paz que acrece.