Quisiera saber hasta dónde se remonta
mi eterno camino.
Si solo vivo en un iceberg del tiempo,
dejando oculto lo que no he vivido.
Muchos estudian hoy esa parada obligatoria,
que la muerte nos impone
en cada nueva vida,
marcada por un destino,
con el cambio de vuelo
en un aeropuerto desconocido.
Pero me niego a pensar,
que todo es obra del azar,
y en cada nuevo vuelo,
nos toca en suerte un viajero desconocido.
Puedo incluso aceptar la teoría
que declara eterna nuestras alma,
y que vagamos los espacios infinitos,
haciendo a ratos paradas obligatorias,
para vivir humanamente un siglo.
Pero no puedo aceptar que nuestras almas,
hallan vivido separadas desde siempre,
y acaso por única vez,
sus cuerpos materiales se han encontrado
en un aeropuerto del camino.
Frank Calle (8/ junio/ 2022)