Amada mía, tu perfume navega en la brisa.
Lentamente , se posa en mi triste hastío
Y ahuyenta de la tarde lo sombrío,
Con el imponente ocaso de tu sonrisa.
Es tu perfume el que siento y huelo,
El que me sigue adondequiera que valla.
Aún si voy a la más sangrienta batalla,
El me brindará tu paz, tu amor y tu consuelo.
Por tu belleza, disfruto de mi lozanía,
Las caricias de tu cuerpo claro y liso
Siembran en mi mente lo bello del paraíso
Y lo triste que es, no tener tu compañía.
Mi alma, mi corazón y hasta mis huesos
Se confiesan amantes de tus labios,
Y han aprendido a ser sabios
Embriagandose con la miel de tu besos.
Como la guitarra que canta su melodía
Y endulza el alma de quien cumple una condena,
Asi es tu canto, que alivia mi cansada faena
Y me rescata de la feroz agonía.
Tu cabellos descienden como una cascada
Por tu hombros y flamean a la par,
Como las velas del barco en la mar,
Cual radiantes en la alborada.
Adornas tu cuerpo con joyas de oro y plata,
Tus ojos son como aquel faro en la lejanía
Que al barco navegante a puerto guía
Y así,descanse en el seno de la tierra el pirata.
Amada mía, no hay defecto en ti,
Este amante solo quiere estar en tus brazos.
Como nudos indesatables son nuestros abrazos
Y libare siempre el néctar de tus labios carmesí.