Odio tanto esa sonrisa forzada,
Que bese mas de lo que la luna al mar,
Odio tanto el día en que pensé que era lo correcto estar al lado de alguien,
Que me dejaría, peor que servilleta después de la comida.
Odio las horas en la que pase pegado al teléfono,
Esperando un algo que nunca llego,
Odio el minuto,
En el que me dijiste ya no.
Odio que me hayas hecho comprobar,
Que el amor si acaba,
Pero odio más el hecho,
De que tú no me amabas.