Éste amor que sabe a besos,
éste amor de lunas idas,
es el único amor que tengo,
perla herida de mis días.
Éste amor de agua y cielo,
de boca y carnes dormidas,
amor que vuela sin descanso
para anidar en tus costillas.
Éste amor que grita y arde,
abriendo al sol penas y risas,
el mismo de ayer y de mañana,
un amor que recuerda y no olvida.
Éste amor atado a tu blusa,
a tus caderas duras y tibias,
es ola que siempre vuelve
a inundarse de espuma viva.
Éste amor que nunca ha sido,
y que será noche sin ser día,
te seguirá por donde vayas
alumbrado tu huella y la mía.