La Verdad caminaba segura y muy calma por delante,
fresco cortejo solar el suyo en serenos aires puros
gracias matinales, nuevas horas del deleite campante,
horizontes confiables sin pétreas murallas ni muros .
La veracidad purificaba gozosos los sentidos,
la armonía musical vibraba entre dulces pibes mansos,
sinfonía pedestre y centrífuga de cantos amigos
plácida estampa cordial del caudal de azulinos remansos .
De pronto la Ira enrojece. Satán eyecta su cola:
hiriente punzada pérfida ruge a colérica vez,
el agobio de Ambición y, del Poder ¡ cínica doblez!
Protestaron sombríos los hieráticos hombres de toga
emiten desde anaqueles preceptos ¡el nuevo derecho!
El beatífico paisaje veraz quedó muy maltrecho.